11 de noviembre de 2011

El enigma de la estación

- Discúlpeme, pero yo no puedo hacer nada, usted me dio el tema, yo lo di, los alumnos lo aprendieron. Así de simple.
Iba caminando despacio, con una mano sosteniendo su bolso, y con la otra, el celular.
-  Usted no tiene derecho alguno en decir eso… claro, si… no, nunca dije eso… - seguía balbuceando, tratando de aclarar el malentendido. Del otro lado del teléfono estaba la directora del colegio, con la que no se entendía muy bien.
-  Bueno, entonces deberíamos aclararlo personalmente mañana. Buenas tardes.
Siguió caminando, con la vista perdida. Caminaba, pero no sabía ni le importaba hacia donde. Ya había hecho tres cuadras sin pensar en nada, cuando vio algo que llamó su atención. Juntas, algunas en filas y otras caminando cerca: arañas, muchas arañas, negras y misteriosas, como siempre le habían gustado. Sin detenerse a mirar por donde caminaba, empezó a seguirlas. La condujeron por un callejón oscuro, mojado, por calles solitarias.
El viejo cartel de la estación apenas se sostenía sobre la pared despintada. En el interior, las arañas siguieron su recorrido hacia unas cajas de zapatos abiertas. La vieja boletería, unos bancos a lo lejos, le hicieron acordar a su viejo amigo Raúl, compañero de juegos y aventuras en la infancia, con el que había compartido su pasión por los arácnidos, su colección y dedicación; pero no había vuelto a verlo nunca más.
 – Las cajas, ¡no puede ser, creí que mamá las había tirado! No puede ser… ¿cómo llegaron hasta aca? Mis cajas…
Una sombra proyectada muy cerca suyo le hizo levantar la vista. Un hombre robusto estaba parado a diez pasos, y la observaba detenidamente. “No puede ser Raúl”. Andrea estaba paralizada. Hacia treinta años que no pisaba ese lugar, y ahora de repente se encontraba frente a un pedazo de su pasado que había dejado atrás hacia mucho, mucho tiempo. El extraño retrocedió unos pasos y salió corriendo. Sin pensarlo dos veces, Andrea se incorporó y lo siguió. La condujo hacia el lado opuesto de la estación, el más oscuro y frío, hasta un pasillo con varias puertas. Buscaba al extraño entre ellas, y sin embargo no lo encontraba. ¿Se habría equivocado? ¿Sería ese hombre real o solo producto de su imaginación, alentada por el viejo lugar? Frustrada, decidió regresar a su casa. Dio la vuelta, cuando sintió un empujón y una gran presión sobre su rostro. Las paredes dieron vueltas y no vio nada más.
Cuando despertó pudo advertir una pared llena de trapos y estantes repletos de viejas cajas. Las paredes se veían un poco borrosas, pero trató de incorporarse. El piso de madera desprendía olor a podredumbre, le costaba respirar. Cuando logró sentarse vio una puerta en un costado que se abrió de repente. La silueta de Raúl, o el hombre parecido a él apareció. Andrea recordó todo, y un escalofrío recorrió su cuerpo. No sabía quién era, que quería ni por que la había encerrado.
 – Ahora estamos solos, juntos al fin – dijo, y se acercó lentamente hacia ella. Con la luz que provenía de la puerta abierta, pudo verlo con claridad: nariz redonda, a la vez respingada, ojos oscuros y saltones, boca diminuta. Varias verrugas surcaban su amplia frente y, al sonreír. Andrea notó que le faltaban varios dientes.
Ya no dudaba que ese era Raúl, solo que una versión mas vieja y arruinada de su amigo.
-    Por favor, déjeme salir de aca, es tarde y yo mañana trabajo.
-     Todos trabajamos – le contestó con una sonrisa – Y no te voy a dejar salir Ándre, hace mucho que no nos vemos.
La desesperación de Andrea era total. Ese no podía ser Raúl, no su amigo.
– Decime qué querés y dejame ir por favor… no tengo nada para darte, soy profesora me gano la vida como puedo.
– No pienso robarte nada. Hace treinta y dos años, vos y yo éramos inseparables. Las arañas, la estación, estar con vos… era todo como un sueño que terminó en una pesadilla. Creciste, crecimos los dos; te fuiste alejando hasta que no volviste mas. Y yo esperando.
- Me parece que te estás confundiendo.
- Todavía tenes la cicatriz en la mejilla izquierda, la que te hiciste cuando corríamos al lado de las vías.
Andrea se quedó callada. Con la yema de los dedos acariciaba su cicatriz, y pensó que no tenía mas excusas.
- No soy yo, por favor, dejame ir… no te pido nada mas que eso.
Raúl la miró con tristeza, con decepción. Hiciera lo que hiciera, Andrea no lo iba a aceptar.
- Está bien, andate.
Caminó hasta la puerta, sin mirar atrás. Salió del pasillo, pasó por la misma boletería y vio el mismo viejo cartel.
El viento frío voló su pelo al salir al exterior. Ya era de noche, y la gente caminaba apurada a su casa. Andrea corrió. Corrió como nunca, hasta sentirse segura en la entrada de su casa. Todo le parecía lejano, como en un sueño. Buscaba desesperada la llave de reserva, cuando vio un grupo de arañas muertas al lado de la maceta con la llave. Entró y trató de no pensar más en el episodio.
-  No puede ser que no aparezca – le dijo a una compañera de trabajo, días después.
-  Y, no sé, fijate… capaz te la olvidaste en la casa de alguien.
-  No Paula, vos ya abés que no fui a ningún lado esta semana solo…
-  ¿Solo?
-  No, no fui a ningún lado. Nos vemos mas tarde.
Decidió volver. Su bolso no podría faltarle mas tiempo. Al llegar, no vio nada, solo diarios viejos sobre los cuales alguien había dormido. Recorrió con la vista el resto del lugar, cuando vio una sombra cerca suyo, y oyó un leve ruido metálico.
- Raúl soy yo… volví, aca estoy. Se que no estuvo bien lo que hice el otro día… por favor, hablemos…
Por detrás de los tachos de basura, salió un hombre sucio y andrajoso.
-  Señora ¿qué hace?
-  Busco a Raúl – le contestó con un nudo en la garganta.
-  Disculpe, pero Raúl no vive aca.
-  Por favor, dígame ¿dónde lo puedo encontrar?
-  En ningún lado señora, Raúl murió hace años, estaba muy mal.
Sobre la silla del escritorio de la casa de Andrea, reposaba el bolso gris, del que salían cientos de arañas negras.

Por: Bustos Domeq / Inés Terza (San Antonio de Areco)

9 de noviembre de 2011

Laila y sus sueños / Candela Farré

Con motivo del 1° Concurso de Cuento Breve para Niños y Adolescentes, presentamos a continuación el cuento merecedor del 1° premio en la categoría niños. ¡Esperamos que les guste!

Laila y sus sueños

Laila era una chica muy buena, inteligente. Su padre Ricardo quería que tocara el violín, porque a él le gustaba. Laila practicaba todo el día en su casa. Se sentaba junto a su ventana donde veía un hermoso paisaje y eso le hacía inspirarse.

Mientras crecía, a Laila no le gustaba el violín. Su padre no lo sabía pero la obligaba, porque decía que iba a llegar muy lejos tocando aquel instrumento. Aunque el sueños de Laila era tocar el piano, pero a Ricardo no le gustaba la idea.

Laila tomaba clases de violín. Su padre quería que tocara en la banda sinfónica pero ella no quería, y aunque tocaba muy bien a pesar de no gustarle, le hacia caso a su padre.

Iba con su amiga Sofía y le contaba que no le interesaba tocar el violín.

- Sigue a tu corazón Laila, haz lo que más te guste a ti – le dijo a Sofía.

- Tienes razón Sofía – respondió Laila.

Laila sabía tocar el piano muy bien. En la escuela, tenia unos amigos a los que les faltaba a alguien que toque el piano, la invitaron a su banda para tocar. Laila aceptó la idea de formar parte de la banda, porque le pareció genial.

Sofía le dijo que fuera a tocar el piano con sus amigos, que ella le copiaría la clase de violín, y que la ayudaría porque sabía que era lo que mas le gustaba hacer, que lo hacia con su corazón. Faltaban solo dos días para tocar en el concierto sinfónico y en la banda escolar.

Llego el día y Laila reacciona, iba a tocar con su padre ¡Y qué justo los dos conciertos eran en el mismo lugar! Ya habían llegado entonces cuando le dijo a su padre que no iba a tocar en la banda sinfónica. Su padre le pregunto qué le pasaba, si no se sentía bien. Laila mirándolo a los ojos le dijo que siempre había hecho lo que él quería y que nunca le había preguntado si era lo que más le gustaba o que ella deseaba.

Entonces su padre Ricardo le dijo que tenía razón y que hiciera lo que el corazón le mande. La llevó a tocar con sus amigos y fue todo un éxito.

Emocionado su padre le dijo que había tocado perfectamente bien, y que lo perdonara por haberle obligado a hacer lo que no le gustaba. Luego se abrazaron y festejaron todos juntos con sus amigos y Sofía.

Pasaron los años y Laila dedicó su vida a lo que más le gustaba y llego muy lejos. Sentada frente a su piano un día escribió: “NUNCA HAGAMOS LO QUE NOS DIGAN, SIEMPRE SIGAMOS A NUESTRO CORAZON”.

Caterina 
(seudónimo)

6 de septiembre de 2011

¡Recomendados!

¡Llegó la hora de los recomendados! Ante un conjunto de preguntas tales como: ¿Quién se anima a recomendar algún libro para disfrutar en el fin de semana? ¿Qué están leyendo los jóvenes? ¿Qué libros te gustaría leer? ¿O estas por empezar?, nuestros Amigos en Facebook se animaron a responder. Aquí, todas las respuestas:

Susana Trevisi: El alquimista (Paulo Coehlo) / Emociones Tóxicas (Bernardo Stamateas)

Biblio Verte: La niña violeta (Francisco Giménez)

Biblioteca Sarmiento: "Para jóvenes y grandes les recomiendo El regreso del joven Príncipe de Roemmers, autor argentino".

Héctor Marquez: El país de las sombras largas (Hans Ruesch) / El principito / Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo (Lewis Caroll)


Natalia Adid: Indias Blancas (Florencia Bonelli)


Pablo Pizurno: "Hemos leído y compartido Maestros del siglo XXI. Excelente reflexión...para seguir apostando por una educación que posibilite cambios a partir de los verdaderos artistas: los docentes comprometidos con su rol"


Biblioteca Uranga: El Cuaderno de Maya (Isabel Allende)


Nor Zalazar: Hamlet


Alicia Pasini (nuestra bibliotecaria "todo terreno"): Los oficios terrestres (Rodolfo Walsh)


¡Gracias a todos por sus bellas recomendaciones!
¡Y a seguir leyendo!
La Biblioteca

11 de agosto de 2011

¡Mas enciclopedias!

Como anuncia el título, más enciclopedias se suman a nuestra Biblioteca gracias a la donación que ha realizado la Comuna de nuestra localidad.

Este material podrá se consultado por niños, jóvenes y quien se lo desee en los horarios habituales de la Biblio.

Los esperamos! Y agradecemos a la Comuna de Elortondo, ya que este material resultará útil para nuestra comunidad educativa.

La Biblioteca.












5 de agosto de 2011

1º Concurso de Cuento Breve para Niños y Adolescentes

Con motivo del lanzamiento del 1º Concurso de Cuento Breve para Niños y Adolescentes, desarrollamos a continuación las Bases para que puedas participar y no te quedes con las ganas de escribir tu propio cuento. ¡Te esperamos!

DE LA CONVOCATORIA:

1º: Género Narrativo

2º: Cuento Breve
Tema: libre

3º: Se establecen dos categorías de participantes.
Niños: hasta 12 años
Adolescentes: 13 a 18 años.

4º: Se participará con un solo trabajo cuya extensión podrá tener un máximo de tres hojas, tamaño A4 y a doble espacio, margen izquierdo de 3 cm. todos los trabajos deberán presentarse escritos a máquina o computadora, por triplicado, firmados con seudónimo legible para facilitar su identificación.

5º: Los trabajos se colocarán en sobre cerrado que no permita doblar la hoja. En la parte exterior del sobre se indicará:
Concurso de Cuento Breve para niños y adolescentes
Título del cuento
Seudónimo
Categoría: Niños o Adolescentes
Dentro de este sobre, se colocará otro, tamaño carta en cuyo frente se identificarán los siguientes datos escritos a máquina, computadora o letra imprenta mayúscula:
Seudónimo utilizado y Título de la obra
En su interior se incluirán los siguientes datos en este orden:
Nombre y apellido
Documento de identidad
Edad
Domicilio, Código Postal, Localidad, Teléfono , Correo Electrónico
Escuela a la que concurren

DEL CALENDARIO

6º: Los trabajos se recibirán en el edificio de la Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento, Belgrano y España, Elortondo, en días hábiles de 9 a 11,30 y de 17 a 20,30 hs, personalmente o por correo postal hasta el día 14 de octubre de 2011, inclusive.

7º: El fallo del jurado será inapelable y la sola participación implica, tácitamente, la aceptación de todas las cláusulas establecidas en estas bases.

8º: El jurado se expedirá en el mes de octubre y la entrega de premios se realizará el día 4 de noviembre de 2.011, en la sala de la Biblioteca Popular, a las 19 hs.

9º: Las obras premiadas pasarán a formar parte del patrimonio de la Biblioteca. En ningún caso se devolverán los trabajos.

DE LOS PREMIOS:

10º: Se han instituido dos categorías:
NIÑOS
ADOLESCENTES

11º: En ambas categorías los premios a otorgarse serán:
1º, 2º y 3º Premio.
Dos menciones de honor

12º: Todos los concursantes recibirán Certificado de Participación

30 de junio de 2011

After Dark / Murakami

A continuación les dejamos un artículo sobre After Dark que ha sido publicado en la sección Radar Libros de Página 12. Un analisis detallado a cargo de Rodrigo Fresán.




EL EXTRANJERO

La noche japonesa

Haruki Murakami publica una de sus novelas pequeñas y emocionales, que transcurre durante una noche de otoño en la que, como siempre en su universo, todo es posible con la más absoluta naturalidad y lirismo.

After Dark / Haruki Murakami
Knopf, 2007 / 208 páginas

No pasa semana sin que los diarios nos informen que se ha descubierto la zona exacta del cerebro donde reside el sentimiento de culpa (o del pensamiento religioso, o del temor a la muerte) y que los noticieros nos muestren cómo es que se ha conseguido fotografiar las fluctuaciones del diástole-sístole en el momento exacto en que uno se enamora o algo así.

Y nadie pide demasiadas pruebas de que todo esto sea posible. Se lo acepta sin problemas. Que pase el que sigue y lo que vendrá. Por lo que yo –para cualquier día de éstos– propongo que se lleve a cabo el siguiente experimento: precisar qué es lo que ocurre exacta y simultáneamente tanto en la materia gris como en el rojo corazón cada vez que uno se pone a leer un libro del escritor japonés Haruki Murakami.

Porque, seguro, algo raro sucede entonces, algo muy particular y que no pasa con ningún otro autor que yo recuerde. Uno empieza a leer un nuevo Murakami y se siente un poco incómodo y hasta irritado por ciertos tics y guiños al lector que se supone cómplice de entrada. Y cuando uno comienza a preguntarse si se habrá terminado el amor o uno ya estará más allá de todo esto, algo hace click (algo que hasta es posible que se trate de una cuestión no decididamente literaria) y nos descubrimos, otra vez, rendidos y encantados y con una sonrisa en la boca mientras pasan las páginas.

Sí: hemos vuelto a ser abducidos y está bien –muy bien– que así sea.

(Y entre paréntesis: junto a After Dark he leído Rant, la nueva y divertida y monstruosa novela de Chuck Palahniuk armada como si se tratara de biografía oral à la George Plimpton de un supuesto serial killer y, de acuerdo, produce un efecto también extraño e intransferible pero de polaridad muy diferente: porque mientras Palahniuk es tóxico, Murakami es purificante. Y es mucho más difícil ser un escritor que limpia que un escritor que contamina.)

After Dark (publicada en Japón en el 2004, y otra vez un título que alude a una canción, esta vez “Five Spot After Dark”) es, también, la variedad de Murakami que más me gusta a mí: la de relatos como “Chica de cumpleaños” o de novelas como Al sur de la frontera, al oeste del sol y de esa cima nunca superada que es Madera noruega.

Es decir: no hay aquí preocupaciones con el pasado histórico de su patria ni gatos parlantes; pero sí gatos que maúllan y hermosas chicas tristes (una de ellas víctima de lo que en principio parece un maleficio que la mantiene bella y durmiente) y un músico de jazz (que se pregunta si no será hora de ponerse a estudiar Derecho) y un hombre sin rostro que lo observa todo como si se tratara de una película y un rostro en una pantalla de televisión sin canales y nombres de marcas occidentales y mini-relatos con la boca llena de ensalada de pollo (que es lo único que se puede comer en Denny’s) y teorías insinuadas sobre dobles y otros mundos y un hotel alojamiento que se llama Alphaville en honor a Jean-Luc Godard y diálogos epifánicos en su compleja sencillez y una pequeña inmensa anécdota que se va desenvolviendo sin prisas, cruzando sus piernas y sus diferentes líneas narrativas casi en tiempo real, con el dibujo de un relojito precediendo cada uno de los capítulos, a lo largo de las siete horas de una noche de otoño: de “esas secretas entradas en la oscuridad, en el intervalo entre la medianoche y el momento en que el cielo comienza a aclarar” donde “nadie puede predecir cuándo o dónde esos abismos devorarán a las personas o dónde o cuándo acabarán escupiéndolas”.

Un poco Magnolia de Paul Thomas Anderson, otro poco cuadro de Edward Hopper tokioficado (aunque nunca se nos precisa la neonizada ciudad donde todo fluye sin prisas ni pausas), un poco más de la Naomi de Junichiro Tanizaki (novela de 1924 que, para mí, prefigura las obsesiones del autor de Kafka en la orilla); pero por encima de toda influencia ese delicado aire de amenaza constante y el tan sutil surrealismo que es inconfundible marca de la casa. Surrealismo en el sentido de que cualquier cosa puede suceder en uno de sus libros y, aun así, nada nos sorprende del todo por más ilógico e inesperado que parezca en principio: un segundo después y todo tiene sentido y Murakami es uno de esos muy contados autores a los que les creemos todo porque, fundamentalmente, creemos en ellos.

Así, After Dark es una nueva y siempre bienvenida ocasión de volver a rendir culto (apenas estropeada por la primera portada fea que le he visto al gran diseñador Chip Kidd) y de sentir, dentro nuestro, eso que nos ocurre cada vez que leemos a Murakami.

Algún día –más temprano que tarde, antes que amanezca– alguien considerará imprescindible e impostergable el sacarle una foto o un encefalograma o un electrocardiograma a tan extraño fenómeno.

Y aun así, por suerte, seguiremos sin comprender cómo es que lo hace, que lo hizo, que lo seguirá haciendo, noche tras noche.

Para y por y a nosotros.

Algo.

Eso.


¡Te esperamos! 
La Biblio

23 de junio de 2011

La hora del lobo / Cristina Loza

Comenzamos este artículo por desentrañar quién es la autora de este libro: Cristina Loza es una escritora Argentina, Cordobesa. Ella cursó estudios de fisioterapia antes de dedicarse a la literatura. Su primera novela, Malasangre (2002) recibió una buena acogida de público, aunque fue con sus dos posteriores obras El revés de las lágrimas (finalista del Planeta de las Américas 2004) y La hora del lobo cuando alcanzó el éxito editorial.

«Soy una mujer que escribe "afirma", soy una mujer que se escribe a sí misma.
Escribir, corregir, tachar, rehacer y volver a escribir, ¿acaso no es eso la vida?»






¿Querés saber más sobre Cristina Loza? 
Visitá su sitio web: http://www.cristinaloza.com.ar/



¡La hora del lobo te espera!
La Biblioteca

Ser como ellos / Eduardo Galeano

Entre los libros que colman nuestra biblioteca del uruguayo Eduardo Galeano, podemos hallar esta nueva obra: Ser como ellos y otros relatos. 


La sinopsis data: Me pregunto: ¿Tendrá todavía destino la literatura, en este mundo donde todos los niños de cinco años son ingenieros electrónicos? Y quisiera responderme: Quizá el modo de vida de nuestro tiempo no resulte demasiado bueno para la gente, ni para la naturaleza; pero es sin duda muy bueno para la industria farmacéutica. ¿Por qué no podría ser también muy bueno para la industria literaria? Todo depende del producto que se ofrezca, que ha de ser tranquilizante como el valium y brilloso y light como un show de la tele: que ayude a no pensar con riesgo ni a sentir con locura, que evite los sueños peligrosos y que sobre todo evite la tentación de vivirlos. Pero ocurre que ésa es exactamente la literatura que no soy capaz de escribir ni de leer.

Te invitamos a que Galeano sea como vos, como ellos.
La Bibioteca.

¡Llegaron las historietas!

Junto al invierno, llegaron las historietas. Aquellas que hemos leído cuando eramos jóvenes, aquellas que continuamos leyendo en el diario a diario o en algún que otro libro que circula en casa, aquellas que recordamos y añoramos o que queremos volver a disfrutar.

Quienes han arribado a nuestra bibio son:

Pochita Moforni (de Jose Antonio Guillermo Divito)
- Patoruzito (de Dante Quinterno)
- Yo Matías (de Sendra)
- Gaturro (de Nik)
- Fallutelli (de Jose Antonio Guillermo Divito)
- Bonjour (de Liniers)
- Selma (de Jutta Bauer)
- Oops (de Liniers + Kevin Johansen)




Te invitamos a leerlas, buscarlas, disfrutarlas. El invierno es un buen acompañante de la lectura. ¡Te esperamos! La biblioteca.

14 de junio de 2011

25 años sin y con Borges





AL ESPEJO
¿Por qué persistes, incesante espejo?
¿Por qué duplicas, misterioso hermano,
el movimiento de mi mano?
¿Por qué en la sombra el súbito reflejo?

Eres el otro yo de que habla el griego
y acechas desde siempre. En la tersura
del agua incierta o del cristal que dura
me buscas y es inútil estar ciego.

El hecho de no verte y de saberte
te agrega horror, cosa de magia que osas
multiplicar la cifra de las cosas

que somos y que abarcan nuestra suerte.
Cuando esté muerto, copiarás a otro
y luego a otro, a otro, a otro, a otro…