9 de noviembre de 2011

Laila y sus sueños / Candela Farré

Con motivo del 1° Concurso de Cuento Breve para Niños y Adolescentes, presentamos a continuación el cuento merecedor del 1° premio en la categoría niños. ¡Esperamos que les guste!

Laila y sus sueños

Laila era una chica muy buena, inteligente. Su padre Ricardo quería que tocara el violín, porque a él le gustaba. Laila practicaba todo el día en su casa. Se sentaba junto a su ventana donde veía un hermoso paisaje y eso le hacía inspirarse.

Mientras crecía, a Laila no le gustaba el violín. Su padre no lo sabía pero la obligaba, porque decía que iba a llegar muy lejos tocando aquel instrumento. Aunque el sueños de Laila era tocar el piano, pero a Ricardo no le gustaba la idea.

Laila tomaba clases de violín. Su padre quería que tocara en la banda sinfónica pero ella no quería, y aunque tocaba muy bien a pesar de no gustarle, le hacia caso a su padre.

Iba con su amiga Sofía y le contaba que no le interesaba tocar el violín.

- Sigue a tu corazón Laila, haz lo que más te guste a ti – le dijo a Sofía.

- Tienes razón Sofía – respondió Laila.

Laila sabía tocar el piano muy bien. En la escuela, tenia unos amigos a los que les faltaba a alguien que toque el piano, la invitaron a su banda para tocar. Laila aceptó la idea de formar parte de la banda, porque le pareció genial.

Sofía le dijo que fuera a tocar el piano con sus amigos, que ella le copiaría la clase de violín, y que la ayudaría porque sabía que era lo que mas le gustaba hacer, que lo hacia con su corazón. Faltaban solo dos días para tocar en el concierto sinfónico y en la banda escolar.

Llego el día y Laila reacciona, iba a tocar con su padre ¡Y qué justo los dos conciertos eran en el mismo lugar! Ya habían llegado entonces cuando le dijo a su padre que no iba a tocar en la banda sinfónica. Su padre le pregunto qué le pasaba, si no se sentía bien. Laila mirándolo a los ojos le dijo que siempre había hecho lo que él quería y que nunca le había preguntado si era lo que más le gustaba o que ella deseaba.

Entonces su padre Ricardo le dijo que tenía razón y que hiciera lo que el corazón le mande. La llevó a tocar con sus amigos y fue todo un éxito.

Emocionado su padre le dijo que había tocado perfectamente bien, y que lo perdonara por haberle obligado a hacer lo que no le gustaba. Luego se abrazaron y festejaron todos juntos con sus amigos y Sofía.

Pasaron los años y Laila dedicó su vida a lo que más le gustaba y llego muy lejos. Sentada frente a su piano un día escribió: “NUNCA HAGAMOS LO QUE NOS DIGAN, SIEMPRE SIGAMOS A NUESTRO CORAZON”.

Caterina 
(seudónimo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario